viernes, 4 de diciembre de 2015

La escuela de Deportes de El País y su factor de emulación

La primera página de Deportes de El País: 4-5-1976
El País es hoy considerado como un referente del periodismo deportivo de habla hispana al haber forjado en su sección una verdadera escuela, que ha sido clave en la historia no solo del propio medio, sino también en la evolución de esta especialización informativa en medios generalistas españoles en las últimas décadas por cultivar un periodismo elegante y por devolver un estilo cuidadoso a la escritura de la crónica deportiva, no solo la futbolística, una forma de escribir y entender el deporte que ha sido emulada dentro y fuera de este periódico.

Así lo destacaron Carlos Arribas, redactor de Deportes de El País, y Santiago Segurola, adjunto a la dirección en Marca y exjefe de Deportes de El País, durante la tercera y última jornada del seminario 'Crónica/cronistas, el ADN del periodismo' organizado esta semana por la Fundación Manuel Alcántara en Málaga. En una mesa sobre la crónica deportiva, en la que también estuvieron la freelance Silvia Cruz, experta cronista de boxeo, el profesor de Periodismo y autor de este blog, José Luis Rojas, y el periodista y profesor de Periodismo en la Universidad de Málaga Teodoro León Gross, se analizaron los momentos clave de la historia de la crónica como género definitorio de la especialización en Deportes y sus principales manifestaciones dentro del periodismo español.

Entre esos hitos de la crónica deportiva, figura en sus inicios la revista barcelonesa Los Deportes (1897-1910), que resultó decisiva para la difusión social del sport moderno en España y para sentar las bases de la construcción de una cultura deportiva nacional; y la cobertura de las grandes competiciones, especialmente los Juegos Olímpicos, que dio lugar a los primeros cronistas enviados especiales y corresponsales de Deportes (el primero para un medio español fue precisamente Jorge Peano en 1899 para Los Deportes desde Argentina) y contribuyó a la especialización dentro de las secciones generalistas y medios deportivos.

Santiago Segurola recordó el papel decisivo dentro de esta evolución del género en España de periodistas deportivos pioneros que abrieron la visión hacia otros deportes, como Alfonso Tutor Larrea en las crónicas de atletismo internacional en las páginas de El Correo y, con anterioridad, en la década de los cincuenta del siglo pasado en el diario Marca, Manuel Alcántara, gran entendido de boxeo, o Antonio Valencia en fútbol, "cronistas que enseñaron que el deporte se podía leer y contar de otra manera", recordó Carlos Arribas.

A juicio de este periodista, escribir sobre Deportes en un medio generalista permite una libertad estilística única: "primero porque estamos en el córner del periódico, un poco al margen de lo más importante salvo temas que puntualmente interesan y van a primera; y segundo porque nos dan libertad para llenarlas y para escribir como queramos; eso lo agarramos con muchas ganas y lo intentamos demostrar convirtiendo las crónicas en reportajes, relatos y noticias, mezclamos mucho los géneros y creo que esto es lo que nos hace más atractivos".

Según Arribas, esta manera de escribir crónicas deportivas es lo que con el paso de los años ha pasado a conocerse como "escuela de El País", que "viene a significar un deseo de emulación". De esta forma -explica-, los redactores que han ido llegando a la sección de este diario quieren escribir como antes lo hicieron Julián García Candau, Alfredo Relaño, Luis Gómez o Santiago Segurola. "Emular significa de entrada copiar un poco ese estilo y luego, a medida que vas cogiendo seguridad, meter tus pinceladas de estilo y acabar siendo tú, pero sobre todo significa querer ser tan bueno como aquellos que nos enamoraron y nos enseñaron a leer y a ver el deporte con otros ojos".

Por su parte, Segurola recordó que el camino para que la sección de Deportes se hiciera importante dentro de El País fue especialmente meritorio por las adversidades a las que tuvo que hacer frente. Así se refirió a que en los albores del diario fundado por Juan Luis Cebrián la información deportiva era poco considerada y en su primer número, el 4 de mayo de 1976 (VER imagen de arriba), la sección apenas contó con media página, con dos crónicas firmadas por Juan José Fernández sobre ciclismo y un texto sobre baloncesto, compartiendo la otra media página con una crónica de toros de Joaquín Vidal.

En su opinión, el hecho de que inicialmente aparecieran así deportes y toros tenía algo de simbólico: "el deporte en España ha estado contrarrestado con el peso de la crónica taurina hasta los años 60 -los cronistas más recordados en este país son los taurinos desde principios del siglo XX- y los toros dentro de lo que era la aristocracia literaria tenía mucho más prestigio que la crónica de Deportes; primero porque fuera del fútbol era casi un erial, porque el fútbol no pertenecía a esa clase noble y en ningún otro país la crónica deportiva tuvo que luchar con algo que fuera tan intrínsicamente nacional".


Mesa redonda 'La crónica deportiva'. Foto: @fmalcantara
Santiago Segurola, que también hizo referencia al "factor de emulación de El País", considera que aquella especie de menosprecio que sufrió la sección deportiva fue el detonante del florecimiento posterior: "Los periodistas deportivos de El País han sido tan buenos porque en Deportes te hacían sentirte inferior desde el principio en la medida que te daban pocas páginas. Había que crecer haciéndolo mejor que otras secciones aunque no te lo reconocieran, eso era importantísimo. Fue una lucha día a día, minuto a minuto, por estar a la altura de lo que se pensaba que era El País".

"El nivel de exigencia era superior al resto de secciones y eso curtió a una legión de periodistas que han pasado por Deportes en El País y han mantenido viva esa llama, luchando contra el escepticismo, contra la negación del periódico de que tú eres una parte importante de él. Así se generó una dinámica impresionante a principios de los 80 y que ha durado hasta hoy; al final sucedió lo que era absolutamente discutible, que esa sección que nació de la pobreza y del escepticismo se convirtió en una de las más admiradas dentro del periódico (cuando se hacían encuestas internas entre periodistas la que solía estar a la cabeza era la de Deportes), primero porque estaba bien escrita, era eficaz, porque cubría todos los deportes con el mismo rigor y tenía una capacidad para prender en el lector la expectativa de que en la próxima crónica, en el próximo acontecimiento, El País lo haría aún mejor".

Todo esto generó una dinámica muy optimista dentro de los lectores de El País pero también ejerció una gran influencia en el resto de los periódicos, según Segurola: "La sección transformó la redacción de El País y todo a partir de una lucha que parecía insuperable, de una gran presión", lo que ha hecho que desde entonces haya sido el periódico de referencia en esta área informativa, "el que ha cambiado ciertas miradas sobre el deporte y sobre cómo cubrir acontecimientos mediante una nueva manera de escribir la crónica con la introducción de elementos de libertad siempre dentro de un control".

Lo ocurrido en el periodismo deportivo y el deporte en las últimas décadas en España ha estado directamente relacionado con esa visión polideportiva y creativa y la gran capacidad de superación y autoexigencia de los redactores que escribieron en las páginas de El País.

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