viernes, 14 de junio de 2013

La necesaria consolidación de la ética profesional en un ámbito periodístico de alto impacto social

El progresivo deterioro de los contenidos del que adolece buena parte del periodismo deportivo actual ha provocado en los últimos tiempos que se haya producido un notorio incremento en el número de publicaciones y estudios académicos en esta área de conocimiento y que, además, son coincidentes a la hora de plantear la necesidad de elevar los estándares éticos e idiomáticos en este tipo de medios de comunicación debido a la gran responsabilidad social que contraen a la hora de emitir sus informaciones.

Una de las últimas aportaciones científicas en este sentido es la tesis doctoral titulada Ética, responsabilidad y observación de los códigos deontológicos en el periodismo deportivo, leída hace tan solo unas semanas por Javier Gómez Bueno en la Facultad de Comunicación y Documentación en la Universidad de Murcia, bajo la dirección de los profesores Cristina Roda Alcantud y Pedro Antonio Rojo Villada.

Esta tesis concluye que la prensa deportiva diaria en España no cumple con los parámetros éticos recogidos en los principales códigos deontológicos de la profesión periodística, tanto nacionales como internacionales, y que, por tanto, es preciso que los periodistas y los medios de comunicación de esta área informativa adquieran un mayor compromiso y pongan en marcha mecanismos de autorregulación para evitar nuevos excesos comunicativos perjudiciales para el público y así contribuir a la mejora de la calidad de los contenidos. 

El autor llega a estas aseveraciones tras efectuar un análisis de un millar de textos informativos (noticias, crónicas y reportajes) publicados en los cuatro diarios deportivos de difusión nacional (Marca, As, Sport y Mundo Deportivo) atendiendo a una serie de variables: la parcialidad y la subjetividad del profesional, la distinción de géneros periodísticos, la inclusión del rumor como elemento noticioso, el número de fuentes consultadas por noticia, el sensacionalismo, el lenguaje emotivo y belicista y sus connotaciones violentas, así como las acusaciones infundadas de corrupción arbitral o estamental.

Igualmente, para aplicar todas estas variables a la medición de la calidad ética de la prensa deportiva se toman como referencia los siguientes códigos deontológicos: la Declaración de Principios sobre la Conducta de los Periodistas de la Federación Internacional de Periodistas, el Código Internacional de Ética Periodística de la Unesco, el Código Europeo de Deontología del Periodismo, la Declaració de Principis de la Professió Periodística a Catalunya (Col.legi de Periodistes de Catalunya), el Código Deontológico de la Federación de Asociaciones de Periodistas Españoles (FAPE) y el Código Deontológico del Sindicato de Periodistas de Madrid.

A tenor de los resultados obtenidos, Gómez Bueno indica que la parcialidad es la tónica general en estos periódicos, "elevándose hasta límites casi propagandísticos en los diarios editados en Barcelona" y afirma que "para una buena salubridad ética de la prensa no es producente que en más de la mitad de las noticias se realicen especulaciones o que en un tercio de ellas sean opinativas sin datos que las corroboren". 

Así, por un lado, argumenta que no existe una clara delimitación entre los elementos informativos y de opinión en los textos, y, por otra parte, alerta sobre el uso frecuente de rumores y la "rigurosidad baja" debido al escaso número de fuentes empleadas. De hecho, en el 40% de los casos se afirman hechos sin aportar pruebas, el 26% no usa ninguna fuente o emplea el condicional, casi el 65% se ampara en una sola fuente, solo el 20% utiliza dos o más, y apenas el 5% da voz a todas las partes en conflicto. 

A juicio del autor, "estos datos dicen muy poco sobre la calidad de la prensa deportiva actual, donde todos los rumores son tratados como noticias debido al posible impacto que se obtiene" y donde la tendencia al sensacionalismo en titulares impactantes y en contenidos morbosos o pertenecientes al ámbito privado de los protagonistas "es equiparable con las actitudes poco serias y rigurosas de la prensa rosa".

En cuanto al análisis del discurso en este ámbito, se detecta la utilización de un lenguaje bélico y emotivo en, al menos, un tercio de los ejemplos estudiados, si bien el empleo de ilustraciones con contenido violento y los recordatorios de hechos conflictivos entre protagonistas es "relativamente bajo".

Por último, se observa un cierto grado de servilismo hacia el equipo de la ciudad de donde se edita el diario, como parte de una estrategia, más comercial que periodística, dirigida a satisfacer una línea ideológica y las afinidades hacia unos colores determinados para así fidelizar lectores; y se pone de manifiesto una interpretación tendenciosa de los acontecimientos que en ocasiones tiene que ver más con el abuso de la subjetividad o el forofismo del propio periodista. 

Trabajos como este no hacen sino corroborar la necesaria consolidación de la ética profesional en un ámbito de tanto impacto social como el periodismo deportivo, el área informativa que cuenta con un mayor número de seguidores, sobre los cuales ejerce una enorme influencia, tanto en la proyección de conductas como en su formación cultural e idiomática. Como afirma el propio Gómez Bueno, "todo aquello que sea susceptible de provocar grandes pasiones, de tener una repercusión social inusitada y de generar increíbles recursos económicos, debe estar sometido a una estricta vigilancia moral y ética".

Tal como hemos señalado en este blog en varias ocasiones, este tipo de periodismo sobre todo tiene la responsabilidad de ser educador y transmisor de los valores positivos inherentes a la práctica deportiva, como el afán de superación, la cultura del esfuerzo, la solidaridad, el compañerismo, la igualdad o el juego limpio; y el compromiso social de informar con rigor. La dimensión ética y la relevancia de los contenidos deportivos, en la relación al consumo y a su incuestionable trascendencia social, requieren de una mayor autorregulación por parte de los medios de comunicación y de los propios periodistas a título individual; tienen ante sí la gran responsabilidad de satisfacer el derecho de la ciudadanía a obtener una información legítima, rigurosa y veraz. 

Aquí puede consultar y descargar la tesis completa en PDF.

1 comentario:

  1. Definitivamente comparto en su totalidad vuestra reflexiva y congruente descripción, porque para mi modesta opinión y aporte "La Ética y la Moral Personal-Social-Familiar y Pública, no se deben de EXPLICAR, sino PRACTICAR" y PRACTICARLOS con el sensato EJEMPLO, porque "El BUEN EJEMPLO es la MEJOR LECCIÓN QUE ENSEÑA"

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