martes, 4 de septiembre de 2012

La universalidad del lenguaje del fútbol y la creatividad periodística

Todos los deportes poseen su propia jerga, han forjado una terminología fruto de un proceso evolutivo más o menos largo y hasta cuentan con una filosofía particular que primero impregna su reglamento de juego y luego trasciende también al terreno lingüístico. Sin embargo, no todas las modalidades han evolucionado de la misma manera, a la misma velocidad; la mayoría de ellas siguen siendo grandes desconocidas para el gran público, mientras solo unas pocas son las que se han popularizado de verdad hasta alcanzar un papel relevante de la actualidad informativa diaria.

De entre todas ellas, el fútbol merece una mención muy especial, no solo por tratarse del indiscutible deporte rey en la mayor parte del planeta y copar por tanto la mayor porción del pastel mediático, sino también porque ha sido capaz de democratizar en gran medida el lenguaje deportivo, trasladándolo del ámbito reducido de la jerga a la lengua común.

Como señala el profesor Leonardo Gómez Torrego, el lenguaje del fútbol presenta todos los rasgos característicos de una jerga, pues se trata de un lenguaje especial y familiar que usan entre sí jugadores, entrenadores, árbitros y aficionados a este deporte, y que difícilmente lo entienden quienes son ajenos a ese mundo. "Ahora bien en el uso de los rasgos jergales futbolísticos no existe, como ocurre en otras jergas, la intención de no hacerse entender por los no aficionados", esto es, no hay intención de ocultamiento, aunque algunas palabras y expresiones puedan resultar crípticas para muchas personas.

Lo que parece alejado de toda discusión es que la universalización del conocimiento del lenguaje futbolístico no habría sido posible sin la labor de difusión desarrollada a lo largo de los años por los medios de comunicación y, de forma particular, sin la creatividad de los periodistas deportivos en su búsqueda insaciable del hallazgo léxico o semántico para plasmar emociones, sorprender y cautivar al público a través de hipérboles, juegos de palabras y metáforas tomadas de ámbitos tan dispares como el bélico, el lírico o el culinario.

Asimismo, siempre con el objetivo de utilizar un lenguaje claro e inteligible para todos los públicos, los periodistas han contribuido a que determinadas formas de expresión que antes solo eran propias de los protagonistas del balón ahora también lo sean de los medios deportivos y que, por extensión, formen parte del acervo léxico habitual de los aficionados. Se trata de frases gastadas o cliclés que pueblan crónicas y noticias para expresar situaciones y estados de ánimo de jugadores y equipos, los cuales finalmente acaban siendo recursos muy repetidos que alargan innecesariamente el mensaje y lo desproveen de contenido.

Sobre la trascendencia social del lenguaje del fútbol y su uso a través de los medios de comunicación en lengua inglesa versa el libro Football Lexicon, obra de los periodistas británicos David Woodhouse y John Leigh que fue publicada en 2004 y revisada y ampliada dos años más tarde. Se trata de un diccionario que recoge casi un millar de vocablos y frases típicas de la jerga deportiva proferidas en los últimos años por jugadores o entrenadores de fútbol en ruedas de prensa, comentarios o entrevistas pospartido y que posteriormente han sido o bien asumidas sin más o bien reinventadas por los periodistas.

La mayor parte de las entradas corresponden a lugares comunes, que en muchos casos son coincidentes con los que se emplean en lengua española. Así, figuran expresiones como foreign legion (legión extranjera... cada vez que un equipo ficha a varios futbolistas foráneos), lottery of penalties (lotería de los penaltis... o, lo que es lo mismo, lanzamientos desde el punto fatídico), group of death (grupo de la muerte... un clásico que aparece siempre que haya un sorteo de una gran competición internacional), drought (sequía... goleadora se entiende) o a sea of players (un mar de jugadores... siempre dentro del área, eso sí).

También aparecen metáforas como holiday on ice (resbalón), hospital pass (mal pase) o no killer ball (sin acierto, sin definición de cara al gol); y referencias a coletillas vacías de contenido que suelen estar en el discurso de este tipo de periodismo como mathematically (matemáticamente... a la hora de advertir que aún existe alguna probabilidad), game of two halves (partido con dos tiempos... justo lo que marca el reglamento) o plays his football (juega su fútbol, hace su juego).

Los autores igualmente repasan algunas de esas expresiones que forman parte del 'refranero' futbolístico universal, aparentemente distintas a las existentes en nuestro idioma pero con un significado idéntico o similar: meat and drink (pan comido), back to the bread and butter (vuelta a la rutina... de la competición liguera tras participaciones en competiciones europeas), trademark (al más puro estilo... se emplea como adjetivo), make the shirt of your own (hacerse uno con la titularidad o con el puesto) o one-way traffic game (monólogo o partido que se juega en una sola mitad del campo debido a la superioridad de un equipo frente al otro).

Y, por último, Woodhouse y Leigh ponen de manifiesto que el lenguaje del fútbol no pertenece a un solo idioma. Al igual que en español son comunes anglicismos como hat trick, stopper, referí o killer, el lenguaje futbolístico en lengua inglesa también se nutre de voces foráneas, como catenaccio o galactico (aquí sin tilde), las cuales llegan a los medios al mismo ritmo y con la misma frecuencia con que se produce el trasiego de futbolistas y entrenadores de una Liga a otra.

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